miércoles, 29 de octubre de 2008

El obseso sodomita


Entré en una página de contactos sexuales y un mundo lleno de posibilidades se me abrió. Las posibilidades aumentan si escribes un perfil sexualmente claro y conciso. Sin medias tintas, sin florituras, sin poemitas. Y si añades foto, lógicamente de cuello para abajo, sin ser hortera, sino seductora con sencillez, las ofertas de encuentros sexuales se incrementan endiabladamente.

Lástima ser novata y además, con las pilas necesitadas de recarga. Me escribió Alejandro, el audaz sodomita, un chico que pensaba que ser sodomita es la repera. También pensaba que me iba a asustar por ello, cosa que no hice.

Hubo correos y una charla por messenger aséptica. Me despedí educadamente de él y cambió de tercio asustado. Fui benevolente porque escribía muy bien y su correo disculpándose por su frialdad me excitó y me dió un subidón de autoestima.

Nos intercambiamos nuevos correos cada vez más morbosos. Es muy placentero recibir escritos calientes. Más aún escribirlos. Saber que el que los va a leer se va a masturbar en tu honor.

Como el encuentro fue de "mucho ruido y pocas nueces" no lo describiré. No he vuelto a saber nada más de él.

viernes, 24 de octubre de 2008

Cibersexo




Miguel fue mi ciberamante en el tiempo en que experimenté con el sexo a través del PC. Uno de mis amantes, Miguel fue el más duradero porque era el mejor. Un buen ciberamante.

Una vez entreví su cara, moreno y con bastantes entradas. Siempre me mostraba su cuerpo, de cuello para abajo. Tiene un magnífico cuerpo. Vello justo, más bien delgado pero fibroso y una polla soberbia.

Imaginación soberbia. Divertido, no íbamos nunca directamente al ciberfolleteo. Hablábamos, bromeábamos, nos contábamos la vida lo justo, con discreción. Era amable, cariñoso, escribe sin faltas de ortografía, es culto, es tímido. Es audaz.

He tenido encuentros extraordinarios con él. Verdaderamente agotadores, intensos, placenteros. Y he tenido encuentros con otros, también divertidos, pero Miguel era el mejor. El mejor ciberamante. Imaginativo y con un toque dominante exquisito. El justo toque dominante que me hizo ir más allá. Me gustó seguir sus indicaciones: el momento de desnudarme, cómo desnudarme, qué hacer con manos, boca, dedos.

Yo se que le gustaba mucho. Fui, por supuesto, una cabrona con él. Pude conocerle. Una vez fui a su ciudad. No le avisé. Planeé un encuentro, le di vueltas, hubiera sido un encuentro brevísimo, morboso, como a él le gustaban. No quise, no le avisé.

Dejé de buscarle. Ahora se que vive en otra ciudad, probablemente haya encontrado trabajo allí. Es lo que pone junto a su nombre, en el messenger.

viernes, 3 de octubre de 2008

Pasas a mi lado



Pasas a mi lado y sólo quedan retales,
trazos afilados, mapas del desastre.
Era mentira.
Yo, con falsa luz,
falso fulgor, llamada bálsamo,
nombrada auténtica, falsa amante joven
y sincera,
alivio del dolor y la vejez.

Qué engaño y qué vanidad: decías
"escribes cartas preciosas", mentira,
sólo ensayos de poder, teatro que devora:
simular agonía, fingirme sublime,
recitarte a ciegas, idiota, sin verme
acechante en el brindis,
en los besos, en las miradas que queman,
en las palabras tiernas y en las caricias devotas,
sin verme, digo, cubrirte con mi sombra
y clavarme en tu costado.

Escrita en el 92 o 93, el rencor aún hirviente.

jueves, 2 de octubre de 2008

2 de agosto



Dos de agosto

El emblema, la fecha mítica,
inmortal,
la nunca acabada noche
que desmembro y disecciono; conozco de forma exacta
sus minutos perfectos:
estrellas y besos,
cierto perfume,
una forma de mirarme, adjetivos
manoseados
que me dan sueño.

He reiniciado el dos de agosto
durante años.
Un día inmóvil
extraido del paso del tiempo.
Me he repetido sus sílabas, tantos versos
en homenaje inmerecido;
años para advertir
la sudada vulgaridad, la burda
construcción de frases, de anécdotas
de esperanzas pueriles.