Me va a salir un post ñoño. Pero vale, porque sigo pachucha.
Además, ayer vi El piano, solté unas lagrimillas y me acosté con mi paracetamol y elevadas dosis de azúcar cerebral.
A las 4 volví a tener fiebre, me tomé la pastillita como las viejas y empecé a sudarla. Cuando me dormí empecé a soñar. Los sueños de fiebre sudada son de lo más tonto.
(Ya sabes que soñé Contigo, que llevabas un aro en la oreja y barba de tres días. Una cosa de lo más tonta.)
Parecía, E., un pirata de Gor. ¿Hay piratas en Gor?
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