domingo, 21 de diciembre de 2008

Él con dieciocho años

Tengo una foto de E. con dieciocho años. Viste pantalón corto de deporte. Sus piernas aparecen fuertes y duras. No describiré más, me lo guardo para mi, hay sensaciones que si se describen desmerecen mucho.

Él dice a menudo que si me hubiera conocido a esa edad se habría fijado en mi. Guau, yo, al menos, en Él si me habría fijado. Me gusta imaginar cómo era. Me gusta cuando me cuenta cosas de sus dieciocho, veinte años. Me entra una terrible ternura. ¿Le habría deseado? Probablemente si. Tiene un cuerpo increíble, fuerte (un cuerpo joven en esa foto aunque ahora me gusta más).

¿Me habría resultado atractiva su forma de comportarse? Él me cuenta cómo actuaba, cómo seducía. Me gusta imaginarlo seduciendo. También imaginarlo entre sus amigos, de fiesta. Las cosas que se hacían a los veinte.

Hace un par de días me contó cómo alucinó la primera vez que vio en la tele un videoclip de Nirvana. Me derrito como una tonta cuando me lo imagino así.

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